martes, 20 de septiembre de 2016
Karma.
Solo lo sabe Dios, cuanto lo intento,
poniendo el corazón cada mañana.
Dejando anclados sueños por las noches,
A orillas de la cama.
Quien algo me conoce se diría,
Que estoy enloqueciendo,
Que está no soy yo, pero es mi vida,
Que no pierda mi tiempo.
De todos modos creo, que en la tierra,
Estamos para vernos,
Con gente que será, de alguna forma,
Alumnos o maestros.
Quisiera despegar algunas noches,
Mi barco de ese puerto, que naveguemos juntos,
Esos mares bravíos y revueltos,
Que aprendas a luchar con mis tormentas,
Que conozcas a dónde van los vientos.
Que seas timonel de mis suspiros,
Que seas capitán de mis deseos.
Si eso no pasara, hay dos caminos.
O zarpó sola, buscando otro puerto,
O ambos nos damos por hundidos…
Y el sueño se habrá muerto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario